jueves, noviembre 03, 2005

La abuela Tota- Marzo del 2005



Desde mi sur , Tandil, senti el llamado de mi sangre, en estos dias otro ser de mi familia, mi tioLuis , se esta despidiendo del mundo, va camino de regreso, duerme como un bebe, besa las manos de su madre, mi abuela, y ella no mueve su sillita de su lado.
El ya se esta yendo, pero ella sigue aqui, entre nosotros. Los ojitos chiquitos gastados de llorar, el cuerpo mas doblado. Pero aun celebra...Sus comidas van naciendo de las ollas, y los olores nos anudan a la vida.
Mi hermano Ariel, el tio sorpresa, viaja con un gran bolso. Dentro apenas una muda de ropa, el resto del espacio lo ocupa un acordeoncita y un bongo bebes. Despues de la danza del alimento nos sentamos los dos rodeados de mi mamá y mi abuela y cantamos como si tambien esta musica fuera el alimento y la celeberacion. Vamos condimentando cada sonido, la abuela aplaude y sonrie, mi mama mira hacia la ventana, le cae otra lágrima...
En la noche decidimos seguir la celebracion, la abuela se viste de azul y despues yo la maquillo. Elijo el color de la sombra de ojos: un verde claro como los bellos ojos de Emilia, la abuela Tota. Voy acariciando sus parpados arrugados, voy definiendo con una linea violacea el contorno de sus ojos; con una linea rosada, el de sus labios.
Ariel toma fotos...las mas hermosa sigue siendo la abuela...

1 Comments:

At 3:34 p. m., Anonymous Anónimo said...

Georgina: Tus palabras me llegan y emocionan. No te conozco, pero a veces pienso que tenés la vida que yo quisiera tener. Siempre soñé con hacer música, y nunca pude animarme del todo, no para tener algún tipo de éxito, sino para darle un sentido a algo. Y en tus palabras y en tu música, aunque no lo creas, encontré un poco más de sentido, a la vida, a como quiero que sea, y a la muerte, tan temida y desconocida. Mi familia es lo más sagrado, y por paradójico que sea, quiero dejarlo sentado acá, aunque tal vez nunca lo lean. Utilizo tu espacio para hacer lo mismo que quisiste hacer vos, escribir lo que tenga ganas. Hoy tuve ganas de contactarme, porque en este instante pasajero, encontré un punto de conexión entre nosotras. Un saludo grande.

 

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