Cronica de Viaje: Iguazú agosto 2006

LLegué de mañana y el aire puro me despejó, eso que nos pasa a los porteños, sentí que el pecho encontraba su verdadero diametro.
Me fue a buscar Sil, abrazo y ya Timbó timbó sonoro, se me quedaba en los labios.
Y llegue!!


Desde esta piedra veo las luces de Paraguay y las de Brasil.
Del sol solo va quedando una fanjita anaranjada y la selva se ve así con un aura dorada.
El cielo va apagándose casi imperceptiblemente: celeste, lila, violeta, azul y el Paraná camina hasta el Iguazú que se embalsa.
A lo lejos veo un puente que me recuerda a otro sobre el río Douro en Oporto, Portugal.
A mi lado un español le comenta a su compañera: -“Esto es una pasada tía, no volveré a verlo en mi vida”-
El hito: acá se unen tres países, tres tierras, tres idiomas.
¿Será que cuando uno tiene un hito en su vida se une la trilogía que somos, cuerpo, mente, espíritu?
¿Será que solo cuando un hito te marca te pones a tiempo con tu tiempo?
Ya viene la noche y el frío húmedo de la selva.
Aún me quedan 7 días.


Wanda es un pueblo muy chiquito cerca de Puerto Iguazú donde se encuentran las minas de geodas.
El micro me dejo en la entrada del pueblo y de allí camine por este sendero rojo.
Era maravilloso el contraste entre el azul, el verde y la tierra cobriza. A eso se sumaba el rojo anaranjado de las mariposas.
Yo me sentía una nena, feliz, perdida sin perderme, anónima, mimetizada.
Me detenía a cada paso y de pronto en el suelo encontré un cuarzo. Supuse que alguien lo habia perdido por el camino, pero al mirar mas atentamente me di cuenta de que el suelo estaba cubierto de cuarzos virgenes.
¿Que mejor regalo que caminar por esta tierra?, ¿ que mejor medicina?

Aquí se ve a Geo y las Geodas jajaja
¿Que mejor manera de terminar este viaje?