Aquel Abrazo!!!
Cuando el auto de Inés se desvió y tomo el camino hacia Punta Negra, algo en el aire cambio, la luz se hizo mas cálida la sierra se tiño de lila y las dos nos quedamos en silencio.Fuimos siguiendo flechitas de madera que indicaban "aquel abrazo", como la promesa de un refugio al que solo llegan los que se predispononen a lo mágico y lo simple.
Y allí apareció, una casita de hadas bella y humilde, una especie de collage donde las ventanas eran antiguas ruedas de carro y las mesas estaban pintadas de colores y las sillas parecían de muñecas. Las paredes estaban hechas de barro y había muchos cuadros colgados e incluso un bastidor con una obra en proceso.
Estábamos cerca de Piriápolis, en Uruguay, pero parecía una tierra distinta donde las puertas se dejan sin llave.
Era la casa de Estela quien nos recibió con una sonrisa y un abrazo.
Después de bajar las cosas y armar el sonido para mi concierto, nos contó su historia.
Estela es maestra, dio clases muchos años y cuando llego el 2001, la escuela donde trabajaba, se fundió.
En ese momento de desazón ella y su marido decidieron construir su lugar en el mundo.
Llegaron a esa tierra y supieron que allí habría un rincón para la música a pesar de la distancia y de estar en medio del campo.
Levantaron su casita e hicieron al lado, pegado, el espacio donde se harían los conciertos.
Empezó a funcionar, iba creciendo de a poquito. Pero un día, alguien oscuro incendio el local.
Estela y su marido se salvaron porque su perro los despertó.
El fuego deshizo el local, los cuadros, la colección de jarras de cerveza, y todos los tesoros que habían juntado.
Al otro día fueron llegando uno a uno los amigos, conocidos, gente simplemente con ganas de dar una mano.
Una arquitecta estaba estudiando una antigua técnica indigena de construcción en barro.
Así levantaron las paredes, los albañiles de obras vecinas, traían todo lo que sobraba y trabajaban después de trabajar, por amor, por solidaridad.
Así se levantó aquel abrazo, y magicamente los tesoros perdidos volvieron, alguien consiguió la colección de jarras, los discos de pasta antiguos, la reproduccion de un cuadro de Rembrandt y la música volvío a sonar.
Por eso, este concierto el 21 de febrero, fue un regalo para mi, la confirmación de la red invisible que une a los seres.
Ines Saavedra, cantautora maravillosa y amiga del alma, Estela y Dani Lopez amigazo que tambien me acompaño con piano en este concierto.
Luna azul en Casa Pueblo, maravillosa obra de Paez Vilaró.
Vista desde el bar de Casa Pueblo
posted by Geo @ 3:44 p. m.
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